Lo que hablamos aquella noche es irreversible y es lo que más me hace enfurecer. ¿Acaso no sientes lo mismo? ¡Di que mientes, que todo lo que he llorado ha sido en vano, que nunca tuviste miedo, que me quieres y que jamás me dañarás! ¡Dilo! Si no lo haces, sabré que todo era verdad, que el amor nunca existió aunque yo lo haya echado de menos.
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